por Administrador / viernes 20 de septiembre de 2024
Autor: Javier Jiménez García de Alba, rector de Universidad Ítaca.
A nivel verbal, mucha gente de negocios suele afirmar que El Capital Humano es lo más valioso en una organización. (Pero ¿tratándolo como humano?)
Cuando una persona afirma que tiene algo valioso, lo cuida.
Si con estos dos ejemplos nos queda clara la relación valioso-cuidados, pasemos ahora a considerar la realidad que se da en la mayoría de las empresas y negocios, por no decir en todos, para ver qué consideran más valioso, si el capital humano, como humano, o los recursos materiales.
Las organizaciones tienen cuantificado al detalle cuánto valen sus instalaciones, maquinaria, insumos, etc., y los cuidan al máximo. En las empresas se suelen tener inventarios hasta de las grapas que utiliza una secretaria.
Los directores administrativos se afanan en saber con qué cuenta la organización en cuanto a elementos materiales y financieros. ¡Se preocupan de ello! ¡Los cuidan! ¡Sienten que es su responsabilidad principal! En los informes a la alta dirección lo tienen como uno de los puntos importantes a tratar. Si se pierde parte de ese capital debido a un robo o un accidente, los dueños y administradores se llenan de pesar. Sin embargo, cuando alguna persona del equipo –capital humano- se pierde, la mayoría de las veces pasa desapercibido.
A cada artículo material –capital no humano- se le lleva un historial que implica depreciación, desgaste, etc. para saber en cada momento el valor que significa para la organización. A las máquinas se les hace un plan preventivo de mantenimiento y de actualización a fin de que se pueda lograr el máximo rendimiento de cada una de ellas. Cuando una máquina se sobrecalienta por un uso indebido o comienza a producir con defecto por falta de mantenimiento, nunca se le regaña o se le castiga, antes bien se le deja descansar o se le pone cuidado especial para que pueda de nuevo dar los resultados esperados.
¿Cómo se les trata a los recursos humanos? ¿Qué pasa con el Capital Humano? ¿Sabe el director Administrativo de la organización o su equivalente cuál es el valor actualizado del capital humano con que cuenta? ¿Sabe con qué capacidades y habilidades llegó ese recurso humano y si ha crecido y evolucionado? ¿Cuida hacer crecer ese capital humano? Si algún colaborador muestra fatiga ¿se cuida su recuperación? Si comete algún error ¿se le enseña o se le regaña? Cuando un colaborador renuncia, ¿analizan a fondo el por qué, para ver cuál fue la causa? ¿Los jefes cuidan más a las máquinas que a las personas? Observe una organización y juzgue usted mismo.
Hay un libro, “La Meta” de Eliyahu M. Goldratt, en donde nos cuentan que una empresa tenía un área en donde el proceso estaba robotizado. Y cuando había visitantes, los llevaban primeramente a ver dicha área como un ejemplo de productividad y perfección.
Conforme se desarrolla la trama del libro, y van apareciendo varios problemas a resolver en la planta, el gerente se empieza a dar cuenta de que esa famosa área robotizada no aportaba absolutamente nada a la solución de los problemas y al desarrollo de la empresa. Simplemente hacía bien lo que tenía que hacer. No más.
No es lo mismo el poder únicamente realizar un procedimiento bien, que el poderlo corregir si fuere necesario o poder hacerlo mejor.
Las organizaciones buscan cada día poder hacer las cosas mejor para mantenerse en el mercado. Tienen que irse desarrollando día a día con nuevas ideas, nuevos proyectos, nuevos productos para mantenerse vigentes, y los robots no aportan a todo esto absolutamente nada. No cooperan para desarrollar a la empresa o para resolver problemas.
El capital humano ¿habrá que procurar que se comporte como robot o como humano?
Considerar al Capital Humano -como suele suceder-, como máquinas que realicen su tarea a la perfección, (como muchos administradores lo procuran) pero sin estar preparados ni incluidos para participar con ideas y proyectos para resolver problemas e impulsar a la empresa, es reducirlos a “robots”. Se les degrada de ser humanos a ser una cosa: una máquina. Con el consecuente deterioro y malestar del colaborador y la pobre participación en la solución de problemas y en el desarrollo de la organización.
Cuando escuchemos que un directivo afirma que el capital humano es lo más valioso de la organización, habrá qué averiguar qué entienden por eso.
Cuando busques trabajo en alguna organización, asegúrate de que no te traten y te exijan como a un robot. Si lo aceptas, vas en contra de ti mismo y en contra de tu futuro profesional para el cual estudias o estudiaste. Cuidarte depende de ti.
Lograrlo es tu decisión.
“Tú eliges tu destino, Universidad Ítaca te guía en el camino”