por Administrador / viernes 30 de agosto del 2024
Autor: Javier Jiménez García de Alba, rector de Universidad Ítaca.
El verdadero ejecutivo se concentra en su contribución . Ve hacia arriba, mira más allá de su trabajo hacia las metas exteriores y se demanda:
¿Puedo aportar algo que influya significativamente en las realizaciones y logros de la institución en la que colaboro?
Cuando uno le pregunta a un ejecutivo: ¿Qué hace "usted" para justificar su inclusión en la nómina de personal?
La gran mayoría responde:
“Estoy a cargo del departamento contable” o “Me hallo al frente de la sección de Ventas”. También es frecuente esta contestación: “850 personas trabajan bajo mis órdenes”.
Sólo unos pocos dicen:
“Mi trabajo consiste en informar lo necesario para que nuestros directores puedan tomar decisiones adecuadas” o “Sobre mí pesa la responsabilidad de descubrir qué productos necesitarán nuestros clientes en el futuro” o “Tengo que pensar y preparar las decisiones que mañana habrá de encarar el presidente”.
Los verdaderos ejecutivos se apoyan en su autoridad para orientar y motivar a los demás hacia contribuciones que superen lo logrado hasta ahora tanto para la institución como para ellos mismos. Son impulsores de proyectos e impulsores del personal.
Los que sienten que solamente están a cargo de un departamento contable o de una sección de ventas o tienen que mandar a 850 empleados no son verdaderos ejecutivos. Seguramente salen muy puntuales de la oficina y duermen perfectamente.
El verdadero ejecutivo en realidad no tiene un horario fijo de trabajo por eso no está sujeto al reloj checador; porque día y noche está buscando las mejores contribuciones para la institución y para el personal. El no obligarle a utilizar el reloj checador no es para no regañarlo si llega tarde sino más bien para no interrumpirlo y distraerlo en su labor diaria de 24 horas. Es para cuidar su concentración en sus contribuciones.
¿Cómo saber si un ejecutivo se comporta como verdadero ejecutivo?
Es muy fácil y sencillo saberlo: evalúe los resultados (Económicos, administrativos, técnicos, organizacionales, de desarrollo de personal, etc.) que su dirección, gerencia o área a su cargo estaba dando en el momento en que él tomó posición y lo que ahora está logrando después de seis meses, un año, etc. Y compárelo.
El verdadero ejecutivo es un líder que cambia en mejor su área de responsabilidad en todos los rubros a él encomendados. Por él se nota claramente un “antes” y un “después”.
El verdadero ejecutivo tiene una cualidad especial: sabe elegir a su personal. Sabe para qué lo contrata y se asegura de que el candidato cuente con las capacidades y actitudes que su responsabilidad le demanden.
El verdadero ejecutivo es muy cotizado y muy bien remunerado porque sus aportaciones pagan con creces sus requerimientos.
Al concentrarse en su contribución, el ejecutivo se aleja de su propia especialidad, de su estrecho dominio y su particular esfera y apunta hacia la realización global. Se supera a sí mismo, supera a la institución y a su equipo.
Un verdadero ejecutivo convierte un área burocrática en un área promocional. Veamos un ejemplo:
El departamento operativo de los bancos desarrolla ordinariamente una actividad monótona que requiere precisión y mucha eficiencia, pero rara vez gran imaginación. O por lo menos así ocurrió hasta que un nuevo vicepresidente de dicho departamento de un gran banco neoyorquino se preguntó: “¿Qué puede aportar esta sección?” En seguida comprobó que sus tareas lo ponían en contacto directo con los ejecutivos financieros de los clientes del banco con quienes decidían las compras a través de los servicios bancarios. Y así el departamento que fuera una eficiente oficina burocrática se convirtió en un efectivo centro de marketing para todo el banco.
Estimado lector, pregúntate si quieres ser un ejecutivo-burócrata o un verdadero ejecutivo. Si quieres vivir una vida aburrida y monótona o quieres vivir una vida llena de retos y satisfacciones. Si quieres vivir con una remuneración de oficinista o con una remuneración creciente según tus resultados. Si quieres cobrar por tiempo invertido medido por un reloj checador o por resultados logrados.
El saber que puedes llegar a ser un verdadero ejecutivo cuestiona tu propio sentido de existencia. ¡Sopésalo y actúa en consecuencia!
Lograrlo es tu decisión.
“Tú eliges tu destino, Universidad Ítaca te guía en el camino”