por Administrador / lunes 10 de febrero del 2020
El estrés es la respuesta natural del cuerpo a ciertas condiciones emocionales por las que pasa todo ser humano en la vida –y por ende el universitario-, como el hecho de tener demasiada tensión emocional, no dormir lo suficiente por las tareas o trabajos de la universidad, comer deprisa porque se tienen tareas que atender y finalizar lo antes posible para evitar represalias mayores, etc.
Al tener estrés, nuestro cuerpo interpreta que estamos en una situación de peligro -regularmente por una amenaza real o imaginaria que nos creamos en el inconsciente-, y se prepara para enfrentar esta situación segregando adrenalina que aumenta nuestro ritmo cardiaco y respiración, así como la producción de azúcar, dejándolo a expensas de grandes consumos de glucosa.
Pero no solamente pasa en nuestro cuerpo lo anterior descrito, también aumenta la presión sanguínea y nuestro ritmo cardíaco llega a niveles muy altos, ya que la sangre debe llegar rápidamente a los músculos para asegurar una rápida y eficaz repuesta ante el problema que se presenta, y nuestra respiración se acelera para producir energía rápidamente.
¿Has notado palidez, picores en la piel, resequedad, psoriasis o acné después de estar muy tenso? Eso es porque nuestro cuerpo desvía la sangre a las zonas donde debe haber una respuesta rápida, como el corazón, las piernas o los brazos, por lo que el suministro de sangre oxigenada se reduce en otras partes del cuerpo, dejándolas desprotegidas ante agentes que provocan el acné, etc.
Con el estrés, nuestros músculos permanecen tensos y preparados hacia una respuesta rápida y potente; a la larga esta situación es contraproducente ya que podemos desarrollar malas posturas, dolor de piernas y cuello respectivamente; nuestros sentidos se agudizan y permanecen en alerta, lo que produce malestar emocional y agotamiento psicológico.
Existen diversos niveles de estrés; los niveles bajos de estrés son benéficos para el ser humano porque nos hacen darnos cuenta de la motivación que nos falta para lograr algo y ser más productivos; el problema radica en cuanto éstos se elevan, ya que causan importantes problemas físicos y psicológicos.
Combatir el estrés, ya sea escolar, familiar, laboral, etc. y para ello tenemos varias formas: como llevar una dieta balanceada, saludable, dormir bien, hacer ejercicio, limitar nuestro consumo de café y alcohol, evitar el tabaco, las drogas y balancear nuestras actividades recreativas y responsabilidades a fin de evitar un colapso en nuestro sistema.
En Universidad Ítaca te decimos cómo mejorar aún más estos aspectos:
1.- Aliméntate sanamente y sobre todo no te saltes comidas.
2.- Ayudar a otros puede disminuir considerablemente el estrés, porque genera altos niveles de satisfacción.
3.- Escribe acerca de tus sentimientos y emociones.
4.- Duerme a tus horas; hazlo mínimo 7 horas diarias.
5.- Haz ejercicio, estimula la producción de endorfinas.
6.- Guarda tiempo para ti y aprende a decir que no a ciertas cuestiones.
7.- Relájate -es fácil decirlo pero complicado hacerlo-, intenta el yoga, meditar en tu cuarto, realizar ejercicios de respiración.
8.- Planifica tu tiempo, escribe una lista donde priorices lo que debes hacer y sobre todo realízalo; al terminar puedes darte pequeños premios, así incentivarás a tu cuerpo a lograr más cosas.