por Administrador / viernes 25 de octubre de 2024
Autor: Javier Jiménez García de Alba, rector de Universidad Ítaca.
En la familia, en la escuela, en el trabajo y en la sociedad:
• Hay que ser Líderes
El liderazgo es una función que acompaña al género humano desde su inicio. Los primeros pobladores de la tierra, en un momento dado, tuvieron necesidad de buscar soluciones a las necesidades que tenían que satisfacer. Uno o varios del grupo percibieron la necesidad de cambiar una determinada situación por otra mejor y con ello se inició la función del líder: ayudar a dirigir y movilizar personas hacia situaciones mejores que las anteriores.
➣ Ser líder: Ayudar a generar y dirigir ¡cambios!
• Hay que ser administradores
Una vez concebida y comunicada la idea, por parte del líder, y aceptada por parte de los seguidores como un nuevo y mejor objetivo a lograr, comienza la tarea de organizar a los dichos seguidores, para cumplir con tiempos y recursos a fin de obtener lo deseado, como había sido predeterminado.
➣ Ser Administrador: Lograr en forma eficiente y eficaz, lo predeterminado.
Algo de Historia en las organizaciones...
Cuando las organizaciones sociales, familiares, agrícolas, etc. experimentaron cambios continuos, -recordemos a los grupos nómadas – éstas requirieron de una alta dosis de liderazgo para ser guiadas a situaciones mejores.
Y cuando, en los siglos pasados, aparecieron las organizaciones complejas y estables, estas requirieron la figura que ahora conocemos como “administrador”, para hacerlo responsable de cumplir con los límites de tiempos y de presupuestos aprobados por la organización para lograr los objetivos previamente señalados.
Este “administrador” debía:
a) Planear
b) Elaborar presupuestos
c) Organizar
d) Manejar personal
e) Controlar los procesos y
f) Solucionar los problemas que aparecieren,
a fin de cumplir con tiempos y recursos asignados.
Liderazgo y Administración se complementan
Ser líder y ser administrador no se oponen, se complementan. Pues, un líder “organizado” aprovecha al máximo la energía e insumos del equipo para el logro del objetivo, y un administrador “con visión”, reorienta en cada momento sus recursos para lograr de la manera más eficaz y eficiente lo que las situaciones le exigen.
Por tanto, el líder deberá aprender a administrar de forma eficaz y eficiente los recursos, y el administrador deberá aprender a ser líder, deberá estar atento a las exigencias del cambio para liderar procesos nuevos que aseguren más y mejores resultados para sus seguidores.
Problemática actual empresarial
Hoy en día, que la velocidad de los cambios nos está exigiendo mantenernos en continuo movimiento, las empresas se han visto en el gran problema de contar con más personal con funciones y preparación de administradores, que con funciones y preparación para liderar al equipo hacia esas nuevas situaciones que demandan los cambios.
• La cabeza del equipo deberá actuar como líder y administrador
Hoy en día, toda cabeza de equipo deberá ser líder y administrador:
Líder para:
a) Decidir la dirección del cambio,
b) Producir visiones y estrategias deseables y factibles, como resultado de reunir una amplia gama de datos y encontrar relaciones y patrones que hagan posible la obtención del objetivo a lograr.
Administrador para:
a) Proveer y organiza recursos humanos y materiales adecuados y
b) Determinar y controlar tiempos y metas para lograr el objetivo visualizado.
Las cabezas de equipo llegarán a ser eficaces como líderes y administradores cuando logren:
Comunicar a cada colaborador el papel que cada uno debe desempeñar para promover el cambio deseado y
Proveerles de la preparación y herramientas adecuadas para lograrlo.
• Por último, veamos un punto muy importante: La necesidad de las relaciones informales y los valores organizacionales compartidos.
Como las ideas de cambio ordinariamente vienen de diversas personas dentro de una organización compleja, habrá que buscar la manera de evitar el caos y aunar voluntades en un todo armonioso. Y la manera de lograrlo no es mediante las relaciones formales basadas en un organigrama oficial, sino mediante las relaciones informales que se basan en valores compartidos. (Estos valores deberá de modelarlos y transmitirlos el líder).
Los valores compartidos evitarán los conflictos y favorecerán el diálogo entre los miembros del equipo.
Las relaciones informales y los valores compartidos son tan indispensables para el líder – administrador eficaz, que si no existieran deberían de proponerse lograrlos ¡como primer objetivo!
Lograrlo es tu decisión.
“Tú eliges tu destino, Universidad Ítaca te guía en el camino”
