Lo que no se cuenta, no cuenta

por Administrador / viernes 22 de noviembre de 2024

Lo que no se cuenta, no cuenta

Autor: Javier Jiménez García de Alba, rector de Universidad Ítaca.


El Director Administrativo.

El Director Administrativo -que suele ser por cierto el jefe del Gerente de Recursos Humanos-, tiene siempre el cuidado de tener inventariados los activos de la Empresa.

Además, el Director Administrativo se preocupa por dar mantenimiento y cuidar dichos activos a fin de que se obtengan de ellos los mejores resultados.

Y como los activos son muy valiosos, desde el punto de vista de costo-inversión-producción, entonces el Director Administrativo les suele asignar una vigilancia especial mediante personas especializadas y/o sistemas de resguardo.

En una empresa fundidora, que se encuentra en la ciudad de Puebla, tienen inventariados y dan seguimiento al 100% de todo aquello que comprende la instalación del sistema de horneado -el cual no puede fallar por requerimientos de la operación-. De cada pieza que lo compone, se sabe qué día se puso, qué día caduca y por lo tanto qué día se deberá cambiar por uno nuevo. ¡Cuidan que la operación del horno siempre sea eficaz y siempre dé lo máximo! Y lo logran.

Pero… ¿Los Directores Administrativos tienen inventariados todos los activos de la Empresa? A esta pregunta se antoja responder que sí, ¡naturalmente! Pero veamos si es cierto.

Lo que no se cuenta, no cuenta.

Si un activo no apareciera en el sistema inventariado, eso daría por resultado que se consideraría como inexistente. Y no sería susceptible de un puntual cuidado y seguimiento en su operación y desarrollo.

Recursos Humanos.

Pregunto: ¿los que están como responsables de los Recursos Humanos de la empresa tienen el cuidado de aportarle al Director Administrativo “los activos humanos” con que cuentan las personas que conforman la empresa?: sus habilidades, sus capacidades, su nivel de inteligencia, su dominio emocional, su nivel de creatividad, etc.

¿El responsable de Recursos Humanos tiene habilitado un sistema para inventariar ese “capital humano que se convierte en habilidades laborales calificadas y en conocimiento acumulado de experiencias? Yo, al menos, nunca he visto en mi experiencia como instructor y asesor de empresas una sola empresa que tenga tan completo el registro del capital humano como la empresa fundidora lo tiene de los componentes del horno.

Lo que no se cuenta, no cuenta y por ello no se piensa en “asegurar” el capital y desarrollo de alguna manera de los colaboradores, al igual que se aseguran los hornos, los automóviles, las instalaciones, las máquinas, el manejo del capital, etc.

Lo que no se cuenta, no cuenta y por ello cuando hay problemas en los ingresos, de inmediato se cancelan los programas de capacitación, pues no se ve necesario “el mantenimiento” a algo que “no existe” por no estar inventariado y no dársele seguimiento.

Habrá que crear un nuevo sistema de contabilidad

A la luz de estas reflexiones, habría que crear un nuevo sistema de contabilidad en el cual se maneje con un lenguaje y terminología entendibles en pesos y centavos el valor del capital humano de cada uno de los colaboradores y las consecuencias de descuidarlo y/o perderlo definitivamente.

Un nuevo sistema de contabilidad en donde se pueda valorar en forma objetiva, no únicamente el costo de una liquidación, sino el costo –además- de la pérdida del capital humano que se va de la empresa.

Suele suceder que cuando una empresa pierde a un elemento valioso, otra empresa lo capitaliza y aprovecha o, el mismo empleado crea su propia empresa y le hace la competencia a su antigua organización.

La segunda guerra mundial la perdieron los alemanes por muchas razones que conocemos o desconocemos, pero ciertamente sabemos que intelectuales importantes se fueron a América huyendo de su país, en donde aportaron conocimientos muy valiosos para que los aliados pudieran ganar.

Cuando una empresa quiere ganarle a la competencia, a veces sigue la estrategia de quitarle al personal que la está haciendo fuerte, ya sea en ventas, producción, ingeniería, etc. para debilitarla y fortalecerse ella. Sin embargo, cuando se trata de retener talentos o desarrollar potencialidades en su propio personal, no hacen nada porque no los tienen “inventariados” y valorados. ¡Qué contradicción! ¿No? ¡Se preocupan más por inventariar los activos de capital humano de la competencia que por conocer e inventariar los propios!

Lo que no se cuenta, no cuenta.

Cuando tengas personal a tu cargo crea un sistema de inventarios de personal en donde le puedas dar seguimiento a cada habilidad, a cada destreza, a cada especialidad de cada uno de tus colaboradores, porque lo que no se cuenta, no cuenta.

Lograrlo es tu decisión.

“Tú eliges tu destino, Universidad Ítaca te guía en el camino”.