por Administrador / martes 07 de julio del 2020
El contar con un buen hábito de estudio te traerá, sin lugar a duda, resultados positivos, y te podrá convertir en un estudiante modelo con calificación de 10. No contar con ello, te llevará a malos resultados. Ahora bien, si por los tiempos que corren de la nueva normalidad, tu hábito de estudio tuvo que cambiar y aún no logras que te sea satisfactorio, universidad Ítaca te dará algunas orientaciones que seguramente te ayudarán a lograr el modelo adecuado.
Es posible que esta nueva normalidad te haya empujado a cambios significativos a la hora de estudiar para un examen importante; cambios que no planeabas y que tal vez no te ayudaron a sacar la nota que tú querías. Eso es algo frustrante. ¿Cierto? Porque pudo haber sucedido, te mostraremos más adelante algunas rutinas de estudio que deberás tener en cuenta para lograr el hábito de estudio que te lleve al éxito que tú esperas en la universidad.
El hábito de estudio exitoso es la práctica regular de algunas rutinas de estudio que, al dominarlas, nos ayudan a mejorar definitivamente nuestra capacidad de aprendizaje. El que cuentes con un hábito de estudio exitoso será determinante para que logres las metas académicas que te hayas marcado al inicio de tu carrera.
Universidad Ítaca te presenta las siguientes rutinas de estudio con las cuales lograrás el hábito de estudio que te asegurará el éxito en tus estudios.
Antes de comenzar a estudiar debes tener claro qué quieres lograr con tu trabajo universitario (visualiza tu futuro con detalles). Tener unos objetivos claros será la clave que te llevará a conseguir todas tus metas marcadas; y no solo eso, te mantendrá motivado y así evitarás que caigas en la procrastinación.
Junto con la decisión de alcanzar un objetivo académico, personal o profesional, debes tener una correcta planificación de lo que harás para llegar a él. Es tu mapa, la base que hará que sigas un determinado camino y que no apartes tu mirada de ese rumbo si se te presentan problemas. (Con un buen mapa encontrarás el tesoro.)
Hay que evitar dos tipos de distracciones: las que nos quieren desviar de nuestro plan maestro o mapa de trabajo, sugiriendo eventos paralelos que nos quitan tiempo y/o dirección (citas, fiestas, paseos, actividades que no están previstas en nuestro plan maestro en nuestros tiempos y planes de estudio), y las que en el momento del estudio nos quitan concentración. No hagas paradas o desvíos que no estén en tu mapa, y no dejes que lo que te rodee te distraiga a la hora que tengas destinada para estudiar. (Cuidado con el celular)
El estudio debe hacerse con los mismos periodos de tiempo y en el mismo lugar. Esto hará que tu cerebro asimile como “tiempo y lugar de estudio” esos momentos y lugares, y que se encuentre más dispuesto a comprender toda la información que esté a punto de recibir en ese determinado intervalo de tiempo. Velo con el ejemplo de tu cama, tu cerebro sabe a qué hora te vas a dormir y te llama a ese espacio de descanso, con sueño y relajación. De igual manera, tu cerebro te llamará al estudio en un solo lugar y a la misma hora, con interés y motivación, si tú se lo marcas.
Por el contrario, a lo que se llega a pensar, estudiar por largos periodos de tiempo es contraproducente para nuestro cerebro y memorización. La mejor forma para hacerlo es con cortas sesiones de tiempo, para que éste lo aprovechemos de la mejor manera. El cerebro al trabajar con pequeños tiempos asimila mucho mejor la información a la cual se expone. Los expertos en la materia recomiendan evitar el estudiar por más de dos horas seguidas. De tiempo en tiempo, tenemos que dejar descansar al cerebro para que se reponga; igual que cuando corremos y nos detenemos un rato a descansar.
El cerebro se nutre de oxígeno y especialmente cuando dormimos. Aconsejan dormir de 7 a 8 horas diarias, y comer sanamente. Dormir tiene su sentido vital. Cuando dormimos, el cerebro se oxigena con mayor fuerza. Por ello respiramos más profundamente y a algunos esto les causa el ronquido. Como el cerebro no puede sobrevivir sin oxígeno para seguir funcionando, por eso las personas que manejan de noche se pueden quedar dormidas por la reacción automática del cerebro a proteger su sobrevivencia cerebral (aunque el chofer luego se mate en un accidente) Tú ya lo has experimentado: no puedes estudiar si no cuentas con suficiente oxígeno en tu cerebro (se te cierran los ojos y te quedas dormido en automático).
¿Sabías que el cerebro humano mientras dormimos sigue trabajando, asimilando información e incluso soluciona cuestiones o problemas que no has resuelto? Así de poderoso es el cerebro. Así que ya sabes, ¡a cuidarlo! Si algo no llegaste a resolver al estudiarlo, déjaselo de tarea a tu cerebro para que él lo resuelva en la noche -cuando esté durmiendo con mucho oxígeno- y al día siguiente te dé la solución. Seguramente ya lo has experimentado.
Si sabes que hoy tienes como meta aprender un tema en específico no debes levantarte de tu lugar de estudio que elegiste hasta que lo hayas conseguido. Marcarte pequeños objetivos te ayudará a mantenerte motivado, aumentarás tu concentración y evitarás que caigas en distracciones. Un estudiante se propuso aprender a utilizar el teclado de la computadora en un día, y comenzó al amanecer. Cuando se fue a cenar, ya podía escribir con todos los dedos de las dos manos y sin ver el teclado. (Guardando sus descansos para el cerebro)
De la misma forma que te señalas metas diarias que tienes que cumplir, es necesario que te premies con algo tras conseguir tu objetivo. No es necesario un premio costoso o grande: un buen café, páginas de tu libro favorito o jugar con tu mascota puede ser el premio esperado.
El hacer algo que te apasione y conseguir todo lo que te mostramos anteriormente, te hará experimentar la motivación por el estudio y óptimos resultados siempre.