por Administrador / viernes 7 de septiembre del 2018
¿Cuántas veces te ha pasado que te sientes rebasado por la lista inacabable de actividades a realizar y sólo observas cómo tus emociones suben y bajan cual montaña rusa y sin darte cuenta comienzas a crear fatídicos futuros potenciales? Te damos algunos tips para manejar el estrés.
Sí, a todos nos pasa. Imagínate que tu mente es una especie de caballo, al
cual, si no controlas, terminará por controlarte a ti y llevarte a un escabroso y oscuro lugar
donde habita la ansiedad, la frustración, el miedo y la tristeza.
Lo más conveniente es mirar a ese caballo aparentemente incontrolable a los ojos y disponerte de
una vez por todas a domarlo. Sí, esto es posible y te contaré cómo en tres tips básicos:
El arraigo tiene que ver con estar presente en cualquiera que sea el sitio en el que te encuentres, con todos los sentidos expandidos y los pies bien plantados en la tierra.
Cuando sientas que te escapas de la realidad y comienzas a emprender esos viajes mentales al futuro, sólo levántate, sacude los pies contra la tierra y suelta los brazos, sacude las manos como si tuvieras agua y conecta visualmente con ese espacio en el que te encuentras, observa cada detalle: la pared, su color, ¿hay cuadros?, ¿a qué huele?, ¿hay más personas a tu alrededor? ¿Cómo es la temperatura? ¿Qué objetos hay en tu estación de trabajo?
Así comenzarás a experimentar lo poderoso que es estar “aquí y ahora” y naturalmente tu sistema nervioso se relajará. Como bien decía el sabio Rumi: “Este momento si estás atento trae consigo todo lo que necesitas”.
Muchas veces, las personas nos sentimos profundamente orgullosos de ser multitask, pero la realidad es que fragmentamos nuestro verdadero potencial al dividir nuestro enfoque y energía en un montón de actividades en las que inclusive muchas de ellas no agregan valor.
Vivir con atención plena es todo un arte, implica desde observar cómo respiras, cómo caminas, sentir el agua mientras te bañas, mirar a alguien a los ojos cuando le hablas, comer despacio llevando la cuchara lento a tu boca y degustar con calma cada sabor, cada aroma sin prisas y sin mirar el celular.
Así hazlo con cada actividad tratando de no funcionar en automático, disfrutando del camino a tu trabajo y manejando con absoluta consciencia pues ocurre que muchas veces llegas a un sitio y ni siquiera sabes cómo llegaste ahí. Practícalo y te darás cuenta que cuando estás realmente presente crearás realidades súper positivas.
Cuando respiramos, no solamente oxigenamos nuestro cerebro y conectamos con nuestra vitalidad, también relajamos nuestro sistema nervioso central y hacemos espacios a lo nuevo a partir del cuerpo.
Recuerda que nuestro cuerpo es energía comprimida, tenemos una vibración y cuando respiramos con consciencia modificamos nuestra frecuencia. Basta con que te des un espacio a solas, cierres los ojos y te regales una serie de diez respiraciones vigilando que cada inhalación dure lo mismo que cada exhalación.
A veces, cuando no se sabe qué hacer no queda más que respirar y paradójicamente, respirar lo es todo. Sin duda las cosas más sencillas y naturales son las más sanadoras.
Es empoderador hacernos responsables poco a poco de nuestras emociones, darles movimiento y transformarlas a partir del cuerpo y la consciencia plena, como bien se dice por ahí: “Pequeños cambios generan grandes acciones”.
¡Inténtalo! Todo es aquí y todo es ahora. Si quieres saber sobre tips que te ayudarán en tu vida estudiantil mantente al tanto de nuestras redes sociales o consulta https://i.edu.mx/