por Administrador / miércoles 04 de julio del 2018
Bebe agua, respira profundamente o mira a los ojos a tu audiencia si quieres hablar en público con más seguridad.
Todos, o casi todos, tenemos miedo a hablar en público. El gran orador Cicerón creía que todo discurso llevaba implícito cierto grado de nerviosismo. Lo que para algunos son cinco minutos de pánico antes de comenzar la charla, para otros son noches sin dormir. Pero, ¿por qué sufrimos este miedo?
Cuando somos el centro de atención, estamos muy alerta, por lo que el cerebro se vuelve rápido para reconocer distintos tipos de caras en la audiencia, sobre todo aquellas que te miran peor, que bostezan, que se distraen... Además, aunque intentes pensar que todo va a ir bien, el cerebro se encargará de mostrarte todos los inconvenientes que podrás sufrir. Estamos hablando de una reacción emocional innata, muy lógica y difícil de controlar.
Es importante recordar que el miedo nos ayuda a sobrevivir, por algo se dice comúnmente que “el cementerio está lleno de valientes”. El exceso de adrenalina, por otra parte, puede paralizarnos y perjudicar nuestra carrera profesional.
Pero, ¿qué podemos hacer para reducir el miedo y dar mejores discursos? Por ejemplo, es un buen consejo el beber un trago de agua antes de salir a hablar. Elsa Punset (escritora y filósofa española) explica que, con esta simple acción, le estás diciendo al cerebro que hay tiempo de sobra y no hay peligro de muerte, por lo que puede relajarse.
También es importante respirar profundamente desde el abdomen. Una técnica es inhalar todo el aire que se pueda e intentar mantenerlo durante 9 segundos, para posteriormente soltarlo de golpe. Esta práctica reduce los nervios y estrés de forma instantánea, ya que envía el mismo mensaje a nuestro cerebro.
La posición y el lugar también influyen en nuestro miedo. Aunque siempre es más fácil resguardarse detrás de una mesa, habla de pie y sin que nada se interponga entre tú y tu audiencia. También debes mirar a tu público a la cara, aunque mirarlos durante mucho tiempo puede abrumarlos y hacerles sentir incómodos. Fija la mirada solamente tres segundos en cada rostro, así, además, te ganarás su simpatía.
Siempre y cuando no estés seguro con tu actuación, estarás nervioso. Intenta practicar delante de un espejo para dominar tus movimientos.
Ya sabes algunas claves, ahora solamente tienes que ponerlas en práctica la próxima vez que tengas que hablar en público.