por Administrador / viernes 16 de noviembre del 2018
Realmente no mucho estudiantes se toman el tiempo suficiente para poder estudiar con tiempo para sus exámenes. ¡Aprende a administrar tus tiempos de manera exitosa!
Quizá, la clave de todo esto está en saber hacer una organización efectiva, con antelación y plantearse el tiempo de estudiar como una jornada de trabajo, que debe ser constante, rigurosa y diaria.
Uno de los mayores problemas que tienen los estudiantes en la época de exámenes es que suelen ser muy optimistas con el reparto del tiempo que hacen entre las materias y no se detienen en el grado de dificultad o las tareas que implica el estudio de una asignatura concreta.
Según los profesionales especializados en rendimiento y gestión del tiempo, una jornada de estudio debería suponer de 4 a 6 horas de dedicación, incluyendo no solo tareas de memorización, sino también la realización de lecturas, de ejercicios prácticos y elaborar los trabajos solicitados en cada materia.
Piensa que tu reparto de las horas de un día normal debe incluir asistir a clase, actividades sociales, tiempo para las comidas y tareas de limpieza e higiene, lo que supone que queden libres unas cinco horas que deben destinarse a estudiar.
Para la efectividad de esta organización del tiempo, lo mejor es hacer una “planificación semanal”, repartiendo el tiempo de esos días, entre clases, gestiones, actividades y estudio, teniendo en cuenta los trabajos a entregar o los exámenes que se avecinan próximamente.
Dentro de esto, deberás repartir tus horas de estudio entre las materias y las actividades a realizar, eligiendo su prioridad según la urgencia y tu capacidad de atención y concentración. Porque no es lo mismo empezar con una materia que te supone más dificultad, que acabar con ella, cuando ya estás más cansado y deseoso de ir a hacer otras cosas.
Sin embargo, en el otro extremo, se posicionan los docentes y expertos que creen que esta organización exhaustiva de las horas de estudio no tiene por qué ser eficaz y reflejarse en unas buenas notas.
Según esto, las horas dedicadas a estudiar dependerán de la capacidad de comprensión de cada persona y lo que le lleve asimilar los conceptos que tiene que tratar.
Para ello, recomiendan que la mejor forma de estudiar es realizar una lectura comprensiva y analítica de cada materia, hasta ser capaz de explicarla en voz alta, sin consultar los apuntes.
Está claro que no hay una fórmula mágica, pero que toda planificación previa del tiempo ayuda a ser más disciplinado.
En general, se recomiendan dos momentos del día para estudiar: a primera hora de la mañana o de madrugada. ¿Conoces las ventajas de cada uno..?
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